Después de un día largo de trabajo, después de toda una semana de números, hojas de balances, llamadas telefónicas, al salir por fin de la oficina llego a la estación del metro para toparme con un grupo de gente ruidoso y ansioso por empezar su fin de semana.
Pero este viernes no, esta vez me topé con la siguiente canción.
Y no era Armando Manzanero, pero si un señor que si su disco estuviera a la venta, de seguro ya lo hubiera comprado. O por lo menos bajado del Internet. Por lo pronto, la propina espero baste.
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